Ya prácticamente está aprobado el presupuesto del Estado japonés, pues el anteproyecto presentado en noviembre/diciembre ya tiene el visto bueno del Ministerio de Finanzas (se pueden producir algunos ajustes pero son pequeños detalles). A diferencia de los años anteriores, con la administración de Koizumi se está intentando dar mayor relevancia a partidas que promuevan el desarrollo de nuevas tecnologías, capacitación de los desocupados e incentivos para la formación profesional de toda la fuerza laboral, etc. con fuerte reducciones en las partidas para obras públicas de poca relevancia económica que en estos últimos 10 años lo único que han dejado son más deudas.
De todos modos, el presupuesto del gobierno para el año fiscal 2002 es de unos 81 billones de yenes (unos 610.000 millones de U$S, al cambio de 1 dólar 133 yenes), de los cuales ingresos genuinos (recaudación tributaria y demás ingresos fiscales) son apenas 51 billones de yenes (380.000 mill.U$S). El resto, o sea 30 billones son costeados con emisión de bonos del gobierno. El Primer Ministro Koizumi desea cumplir a ultranza el límite máximo de emisión para evitar mayor endeudamiento, pues la deuda pública interna acumulada es del 130 % del PBI (casi 50.000 dólares per cápita). Si tomamos una familia tipo (dos hijos) de ingresos medios (casi 5 millones de yenes al año) con una hipoteca por la compra de una vivienda (30 millones de yenes), la deuda interna del Japón representa una carga casi insostenible, pues representa 9 veces más el ingreso anual. Solamente por el préstamo de la vivienda debe pagar al año 1,6 millones y si a esto le agregamos el pago de intereses y capital de la deuda esta familia debería pagar unos 3 millones al año, monto que debe endeudarse para cumplir con las obligaciones. Esto es en pocas palabras la situación del Japón.
(Boletín MUSASHI Nº24, ,ENERO 2002)
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